domingo, 20 de noviembre de 2011

El maestro de Upsala (1)

Como hijo de un pastor luterano, el mundo metafísico de la religión influyó tanto en su niñez como en su adolescencia y su educación estuvo basada en los conceptos cristianos de pecado, confesión, castigo, perdón y misericordia, factores concretos en las relaciones entre padres e hijos, y con Dios por lo que muchas de sus obras están inspiradas en esas relaciones, por ejemplo, Bergman escribe en sus memorias: “Los castigos eran algo completamente natural, algo que jamás se cuestionaba. A veces eran rápidos y sencillos como bofetadas y azotes en las nalgas, pero también podían adoptar formas muy sofisticadas, perfeccionadas a lo largo de generaciones”.
A partir de los trece años estudió bachillerato en una escuela privada de Estocolmo, para luego licenciarse en Letras e Historia del Arte en la Universidad. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, ya en la búsqueda de sus propias creencias y, por lo tanto, distanciado de su familia, inició su carrera como ayudante de dirección en el Teatro de la Ópera Real de Estocolmo, en donde, como después lo haría de forma definitiva en el cine, encontraría el medio para volcar su complejo mundo interior.
Su narrativa visual suele ser deliberadamente lenta para ofrecer a sus espectadores el suficiente tiempo para reflexionar, no obstante la lentitud no es sinónimo de monotonía, lo que logra mediante una excelsa marcación actoral, la carga del mensaje y la limpieza de las imágenes.
Los personajes bergmanianos son a menudo reconducidos hacia sí mismos, hacia su propia alma o hacia su conciencia. Son recorridos íntimos, enigmáticos, que muchas veces se apoderan del espectador transportándolo a una experiencia estrictamente personal e inquietante, en la medida en que sus personajes realizan aquella trayectoria sobrecargada por un denso dramatismo, aquél que implica desnudar el alma humana en forma genérica.
Aquella trayectoria termina en algunos casos en la locura o en la muerte, en otros en un estado de gracia, un momento metafísico que permite a sus personajes comprender más de su realidad, una revelación que los iluminará y modificará el curso de sus vidas. En algunos casos les servirá para exorcizar, conjurar y dominar los fantasmas que perturban el alma del personaje.
Su primera época como realizador es, como suele ser normal, una época de aprendizaje y desarrollo de temas, pero que ya apuntan a los de los temas tratados posteriormente por el director, como pueden ser la relación de las parejas, la difícil comunicación personal de unos personajes atenazados por la sociedad y por sus propios demonios interiores, la muerte o el dolor.
El séptimo sello (1955)
Pero el tratamiento de estos temas se realiza de una manera más naturalista utilizando con frecuencia el recurso del melodrama. Sus personajes se desenvuelven en ambientes grises y opresivos y la grisura de sus ambientes se corresponde con los problemas personales de los protagonistas, que, sin embargo, suelen salir de su oscuridad personal, siendo las mujeres los personajes con más vitalidad en contraposición con la debilidad masculina.
Esta fase de asentamiento precede a películas notables en la cinematografía de Bergman: Juegos de verano  (1951) y Un verano con Mónica (1952), en las que se aborda la fugacidad de la felicidad y los retratos del mundo femenino, que sirven para germinar el sello del autor y sus actores fetiches (Maj-Britt Nilsson y Harriet Andersson, pareja del maestro).
Para 1955 filma la comedia Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens leende) que antecede a la magistral El séptimo sello (Det sjunde inseglet) con las apariciones de sus queridos Max von Sydow y Bibi Andersson. En ella se aborda la desolación del ser humano y la vida se encarna en una partida de ajedrez donde el caballero se enfrenta a la muerte encarnada.
En 1957, lanza “Fresas salvajes” que es una meditación sobre la madurez, el sentido de la experiencia y de la vida, la filosofía de la vejez, la incomunicación y, por supuesto, las relaciones paterno-filiales, a partir del viaje que emprende un profesor universitario en compañía de su nuera para recoger un premio.
(continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario