lunes, 21 de noviembre de 2011

Consejos para hacer y entender cine (2).

Continuamos con las sugerencias de Neil Landau y Mattew Frederick ( “101 Things I learned in Film School”) para cineastas y que bien pueden extenderse a los cinéfilos:


Haz visual la psicología. Ya se había hablado de la necesidad de traducir en imágenes todo lo que sucede en una película y que va ligado con el principio de “mostrar antes que explicar” que también debe extenderse a la psicología de los personajes, de esta forma el cambio de foco para fotografiar a un personaje nos puede ofrecer pistas sobre su mundo interno: si un personaje en foco  se encamina hacia una multitud fuera de foco, ello puede indicar un futuro incierto, por l contrario, si el personaje camina desde el fuera de foco hacia un primer plano en foco puede indicar que ya ha definido sus prioridades o valores.
El contrapicado (toma de un personaje desde un ángulo bajo) hace parecer al personaje como poderoso (por algo se le llama “encuadre del héroe”), mientras que el picado (toma desde un ángulo alto) nos hace mirar hacia abajo al personaje ´por lo que nos transmite su insignificancia.
Cuando un personaje se ve inclinado con respecto al plano horizontal (ángulo bizarro u holandés) el encuadre sugiere que algo está mal o fuera de balance (físico o psicológico).
Filmar con cámara en mano proyecta una sensación de agobio, de estar en el centro de una situación confusa como una sala de emergencias o una escena de crimen.
Desarrolla la historia previa. Todo lo ocurrido antes del comienzo de la película: los traumas infantiles, las crisis recientes, los rencores, etcétera constituye la historia previa que es muy útil para revelar oblicua y casualmente, pero de forma muy efectiva, pistas. Una mujer que entra a una oficina de desempleo vistiendo un traje Chanel nos indica su cambio de fortuna; la pregunta “¿sigues enamorada de él?” puede decir todo sobre un antecedente romántica,  e incluso nos puede servir para pautar una conducta habitual: una mujer enardecida arroja a su esposo un zapato de tacón, el hombre se escabulle por la puerta, pero el tacón golpea la madera sobre cuya superficie se advierten una docena de marcas iguales.
Cuando hay dificultades para desarrollar o resolver la continuidad narrativa, echar mano de la historia previa, por muy pobre que sea, ayuda a redondear la trama.
Un protagonista con defectos siempre es mejor que un protagonista perfecto. Los cineastas inexpertos suelen crear protagonistas inmaculados sin considerar que un héroe perfecto provoca el relajamiento de la atención del espectador  (si todo lo puede, ¿para qué preocuparse?)
Por el contrario, las fallas de un personaje nos fascinan y nos hacen más entrañable al protagonista que un aburrido héroe blindado.
El antagonista subvierte el orden. El “héroe” tiene la verdad de su lado, mientras que  el antagonista busca generar caos. Sin embargo, el protagonista y el antagonista pueden temer a la misma verdad, por ejemplo, en una comedia romántica, donde el antagonista (el interés romántico del protagonista) es típicamente amistoso, el orden o verdad que se trastorna es la aceptación del sentimiento amoroso.
Comienzo, desarrollo, final. Ya sea para el desarrollo de una nueva historia, al afinar los detalles de la producción o al momento de editar, una historia debe estructurarse en tres actos:
Durante el primer acto se debe establecer el conflicto. En este acto se dibujará el “mundo ordinario” del protagonista y se mostrará el suceso que detona la historia (nudo) y que ponen en movimiento al héroe.
En el segundo acto se deberá hacer más grande el problema. Se sumarán personajes y complicaciones que demostrarán que la estrategia inicial del protagonista es inadecuada para resolver el conflicto.
Por último, durante el  tercer acto se resolverá el problema. Todos los sucesos alcanzarán su inevitable clímax y resolución.
Un minuto rodado equivale a una página. El guión promedio contiene de 90 a 120 páginas, lo que equivale a una película de 90 minutos a dos horas. La duración de películas de comedia, horror, animación y familiares tiende a ser menor por la dificultad que entraña mantener el ritmo de llantos, sustos y carcajadas durante dos horas, sin embargo los dramas necesitan de más  tiempo para revelar la historia previa, explorar la psicología y dibujar los matices del carácter de los personajes.
Continuará…

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