martes, 5 de abril de 2011

La fama y la infamia de los Óscar



Ya que estamos a un paso de la ceremonia de los Óscar, vale la pena comentar un poco de la historia de los premios cinematográficos más conocidos aunque no necesariamente más reconocidos.

La leyenda cuenta que una secretaria de la Metro al ver la estatuilla dorada que sería el “Academy Award” dijo que se parecía a su tío Óscar y el nombre se le quedó. La estatuilla representa a un hombre desnudo que sostiene una espada con la hoja hacia abajo y que se sostiene sobre un rollo de película con cinco radios que simbolizan las cinco ramas originales de la Academia: actores, guionistas, directores, productores y técnicos.

Originalmente elaboradas en bronce macizo bañado en oro, en la actualidad las 60 que se funden anualmente se hacen con britannium, una aleación de cobre, estaño y regulo de antominio, con acabado en baño de oro de 24 kilates. La figura terminada de 34 cms pese cerca de cuatro kilos.

La primera ceremonia de entrega de los premios de la Academia (1928) se llevó a cabo el 16 de mayo de 1929 (un año antes de que se realizara el primer festival internacional de cine en Europa) resultando ganadores: Alas (Wings, William A. Wellman, 1927) como mejor película y El Séptimo Cielo (Franz Borzage, 1927) en las categorías de mejor dirección de drama, mejor guión adaptado y mejor actriz).

Mientras en sus primeros años se aceptaban como concursantes a todas las películas exhibidas entre el 1 de agosto al 31 de julio, a partir de 1934 y con el fin de evitar confusiones, se fijo como período de exhibición el 1 de enero y el 31 de diciembre de cada año.

Otra condición impuesta a las películas concursantes establecía que debían ser proyectadas en Los Ángeles lo que provocó que Candilejas (Chaplin, 1952) pudiera hacerse del Óscar a la mejor banda sonora ¡en 1973!

El proceso de selección de ganadores se lleva a cabo en dos etapas: durante la primera se eligen diez candidatos por sus pares de la Academia (los actores eligen actores, los directores a otros, etc.). Sin embargo, en la segunda etapa la totalidad de los miembros la Academia, sin importar su especialidad, votan de forma secreta por el ganador de cada categoría.

Se garantiza la confiabilidad de los resultados con la participación de  una empresa de auditoría que realiza el conteo final de los votos y estampa el nombre de los ganadores en los conocidos sobres lacrados que se abren durante la ceremonia
.
Desde su primera edición a la actualidad, han ido aumentando las categorías de premiación hasta superar, hoy en día, la veintena: Mejor película, director, actor y actriz (principal y de reparto), guión (adaptado y original), fotografía, dirección de arte (diseño de set), sonido, cortometraje (de ficción y animado), banda sonora, canción original, montaje, efectos visuales, documental (corto y largo), diseño de vestuario,
película de habla no inglesa, edición de sonido, maquillaje y película de animación.

Los premios más destacados del ámbito hollywoodense han sido víctimas de serias críticas: los rumores de racismo o de nacionalismo que han dejado fuera del juego a grandes realizadores, actrices y actores (Fellini, Kurosawa, Bergman, Liam Nesson, Greta Garbo…), la preferencia por géneros espectaculares o “serios” que demeritan a la ciencia ficción, la animación, el terror y la comedia. Hay pocos westerns ganadores y El Retorno del Rey de la saga El Señor de los Anillos (Jackson, 2003) fue la primera obra fantástica galardonada como mejor película.

El hecho de que muchas de las películas ganadoras no hayan sido capaces de soportar el paso del tiempo o de mantener sus méritos, aunado al hecho de que las que no ganaron un Óscar sean reconocidas como grandes obras, hace patente la incapacidad de los jurados o su falta de olfato, El Ciudadano Kane, El Padrino, Dark Night o Gran Torino son notables ausencias en las listas de ganadores.

Es un buen ejercicio, revise esas listas: a veces se gana más al no hacerse de una estatuilla dorada.

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