El Gabinete del Doctor Caligari (Robert Wiene,1920), en palabras de Vincent Pinel “Una historia de locos contada por un loco”, marcó el inicio de la fulgurante y breve estrella del Cine Expresionista Alemán.
El Expresionismo como corriente artística se desarrolló a principios del siglo XX y que busca la expresión del pesimismo resultante de la masificación y el aislamiento de la vida moderna y de la sociedad de la post-guerra.
El expresionismo en el cine llegó tarde. Concebido al margen del mundo, creció como un ente oscuro y retorcido, alimentado sólo por luz artificial exacerbada, formas distorsionados, personajes y decorados irreales casi abstactos de tan estilizados.
La competencia de películas extranjeras, el endeudamiento de los estudios alemanes, la emigración de los grandes cineastas significó el fin del movimiento, sin embargo, en sus sieta años de existencia, el expresionismo dejó una huella indeleble en el cine: nos dejó el prototipo de los personajes torturados, locos y el de los monstruos (Nosferatu de Murnau marcó un hito en 1922); las perspectivas rotas que se utilizan para expresar el desequilibrio mental (plano holandés) y la iluminación dura y contrastante.
La luz como un recurso expresionista adquiera la contundencia de un personaje, no acompaña a los objetos, los corta sin piedad, los endurece, crea sombras sólidas y amenazantes, ángulos afilados, luces descarnadas.
La luz “dura” produce inquietud, nos predispone a la amenaza y nos sanforiza contra los sentimientos positivos. Es por ello que es la iluminación adoptada por el Cine Negro para enfatizar la temática de intriga sombría y para enmarcar a personajes sin redención, o bien para resaltar la presencia amenazante de Norman Bates en Psicosis o la percepción angustiada de Carole en Repulsión.
Es probable que muchos de ustedes no conozcan las joyas del cine expresionistas, pero ciertamente pueden reconocer en la particular estética de Tim Burton su tributo a este movimiento: las formas fantásticas y fantasmagóricas de los decorados, los personajes desquiciados e improbables como Eduard Scissorhand (gemelo del sonambulista del Gabinete hasta en el maquillaje). La iluminación de contraste la podemos diisfrutar en las mismas películas de Burton o en Blade Runner (1982), 300 (2006), El Caballero de la Noche (2008)…
Nada nuevo bajo el sol, pero lo bueno siempre perdura.
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